Muchas veces nos encontramos ante situaciones muy difíciles, retos que nos pone la vida. Trabajamos, luchamos e intentamos salir de esa situación y cuando parece que ya lo tenemos superado… volvemos otra vez.
¿Os suena esta situación? Es muy normal que ocurra. Al principio, ponemos mucho esfuerzo y el cuerpo se prepara ante ello. No le dejamos pensar, no le damos opción. Y sabemos que no estamos bien porque nuestro organismo nos está avisando: taquicardias, perdida o subida de peso, irritabilidad, lloros sin motivo… Hasta que un día nuestro cuerpo y tus personas más cercanas te dicen: “Basta, necesitas relajarte”
Entonces tú haces caso y te relajas, pero es en ese momento cuando la tristeza se apodera de ti. ¿Seré que he vuelto al comienzo?
No, por supuesto que no. Todas las emociones son necesarias. Es necesario estar tiste, es necesario frustrarse. Pero aunque sea inevitable, no podemos quedarnos ahí, hay que seguir luchando.
Cuando realizo terapia cognitiva, la primera estrategia que enseño es la triada PENSAMIENTO-SENTIMIENTO-CONDUCTA. Lo que yo piense, va a condicionar mi sentimiento y, por tanto, mi conducta. No es fácil buscar un pensamiento alternativo, pero por lo menos hay que ser conscientes y buscarlo.
Por tanto, llora, desahógate… pero no te hundas, levántate y lucha. Y sonríe, nunca te olvides de sonreír porque al fin y al cabo todo pasa…
Y por cierto, vas a poder con ello.
Raquel Bengochea
Psicóloga de Gabinete ATRIA